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BERIAIN Y EL REY DE LA FABA
ESTE PRÓXIMO SÁBADO LA LOCALIDAD DE BERIAIN ACOGERÁ UNA NUEVA EDICIÓN DE LA CEREMONIA DE CORONACIÓN DEL REY DE LA FABA, QUE EN ESTA OCASIÓN SERÁ REINA DE LA FABA. AMAYA ORDÓÑEZ UNCITI SERÁ CORONADA EN LA IGLESIA NUEVA.

Texto: Fernando Hualde
Diario de Noticias, 3 de enero de 2010 

Año tras año, de la mano organizadora de la peña Muthiko Alaiak, se reviven en Navarra dos viejas tradiciones fundidas en un solo acto. Por un lado estamos hablando del ritual que se seguía en el viejo reino para coronar a los reyes de Navarra, ceremonia esta que se hacía en la Catedral de Pamplona ante la imagen de la Virgen del Sagrario, a la que desde 1946 llamamos Santa María la Real. Al nuevo monarca, después de haber jurado los Fueros, se le colocaba sobre un escudo, o pavés, y se le alzaba a los gritos unísonos de "¡Real!, ¡Real!, ¡Real!".
Y por otro lado estamos hablando de otra vieja tradición que fue introducida por los Teobaldos, en la que reunían en torno a su mesa a los niños más desfavorecidos, e introducían un haba dentro de un rosco que partían y repartían en tantos trozos como niños hubiese en la mesa; de tal manera que todos merendaban opíparamente, y al que le tocase el haba, ese era coronado rey del haba, o rey de la faba, con todo lo que eso suponía de beneficios para el agraciado niño.
Todo esto lo veremos recreado el próximo sábado en la iglesia parroquial del Santo Cristo del Perdón, en la localidad de Beriáin. Quienes hasta allí se acerquen vivirán de cerca estas dos escenificaciones, perfectamente combinadas en un solo acto, que cumplen el doble objetivo de recuperar y de dar a conocer esta parte tan importante de la historia de Navarra.

Historia local
Pero, plenamente conscientes de que la historia del viejo reino es también la suma de todas las pequeñas historias locales, un tercer objetivo que se busca con esta fiesta que viviremos el sábado en Beriáin, es el de sacar a la luz la historia de la localidad que cada año acoge esta ceremonia. El propio escudo de Beriáin tendrá aquí su protagonismo, y su historia e intrahistoria de alguna manera se hará un hueco dentro del ritual del que seremos testigos.
Beriáin es una de esas localidades navarras en donde el fenómeno de la inmigración ha sido muy fuerte, hasta el punto que se distingue entre el Beriáin Viejo y el Beriáin Nuevo. La explotación a partir de 1960 de las minas de carbonato potásico dio pie a la creación de Potasas. Y a partir de ese momento la historia y la trayectoria de este concejo de Galar pegó un viraje importante; el mismo que hace que hoy nos detengamos un instante y miremos hacia atrás; la acogida que dio aquél Beriáin rural y agrícola a tantas y tantas familias solo puede ser correspondida con un profundo respeto hacia las raíces de este enclave, no en vano aquellas generaciones de Beriáineses que durante siglos han dado continuidad a la existencia de esta localidad, tienen en común con los actuales vecinos el hecho de compartir un mismo espacio vital, sin olvidarnos que existen también los descendientes directos de aquellos que no vinieron sino que ya estaban. Unos y otros, todos sin excepción, forman parte hoy de un único proyecto que se llama Beriáin.
Y la historia está allí; vive en las piedras que dan consistencia a esas antiguas casas, vive en los recios muros de la iglesia de San Martín de Tours, vive en los caminos, vive en la tierra que todos sudaron; pero vive también en esas nuevas casas, en las minas de Potasas, en ese otro templo parroquial que es la iglesia del Santo Cristo del Perdón, vive… Y es todo una misma historia, imposible de desligar; y grave error cometería quien quisiera hacerlo.

De mano en mano
Es por ello que este sábado se mirará hacia atrás, hacia las raíces de este espacio vital. Y son raíces que nos recuerdan que Beriáin, antiguamente llamado Beheriain, fue una antigua villa de señorío nobiliario; cuando veamos desfilar a los tres brazos del reino que sepamos que entre los nobles también está representada la historia de este lugar. Que sepamos también cuando veamos desfilar al clero, que en Beriáin existió un importante monasterio, el de San Esteban. Este monasterio y esta villa nobiliaria fueron donados en el año 1110 al monasterio de Leire por Fortún Sanz de Yárnoz y por la infanta Ermensinda Garcés, sus propietarios hasta entonces.
Dicen que este lugar pasó posteriormente a manos del linaje de los Monteagudo; era época en la que estos lugares se cambiaban como si fuesen cromos; y de hecho los Monteagudo, concretamente don Pedro Sánchez de Monteagudo, cambiaron en 1273 al rey Enrique I la localidad de Beriáin por la villa y torre de Dicastillo, por Aspurz, y por Bigüezal.
En el año 1384 asistimos a otro hecho curioso; el rey Carlos II tuvo a bien dispensar a los labradores de Beriáin de pagar una parte de la pecha que les correspondía, que era de 122 cahíces de trigo, 25 de ordio, 25 de avena, y 36 gallinas. Esta dispensa vino motivada en el hecho de que en la última guerra la localidad de Beriáin había sido destruida y quemada por las tropas castellanas. Poco después, en 1393, el rey Carlos III tuvo el mismo detalle en atención a la pobreza de los lugareños.
Y dos décadas después, en 1413, este último monarca hizo generosa donación de Beriáin a la cofradía pamplonesa de San Cernin, quienes a su vez hicieron cesión perpetua del lugar a mosén Gracián de Agramont, señor de Ollaivía; todo ello sin olvidarnos de que simultáneamente la catedral de Pamplona y los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén tenía propiedades y heredades en este término.

Astelen iru burugorri
Y dentro de la historia de Beriáin hay un hecho anecdótico muy curioso. Tal vez los más ancianos del lugar recuerden que en la iglesia de San Martín, antes de ser pintada, se podía ver pintada en la pared con letras grandes una frase que decía: Esta iglesia está consagrada. En el lado izquierdo, lado del Evangelio, ponía Esta iglesia; y en el lado derecho se leía está consagrada. Se veían también varias cruces pintadas en la pared, cruces estas que se iluminaban con velas al celebrarse los aniversarios.
Y ¿qué quiere decir eso de que Esta iglesia está consagrada? Dice la tradición, y parece que también los documentos, que en una ocasión viajaban tres obispos a la vieja Iruña para participar nada menos que en la consagración de la Catedral de Pamplona. Y se dice que unas fuertes inundaciones llegaron a cortar el Camino Real en su acceso a la capital del reino, lo que obligó a los tres clérigos a quedarse esa tarde y esa noche en Beriáin. Parece que fueron extraordinariamente acogidos, y ellos, en justa correspondencia, obsequiaron a los vecinos con un ensayo de lo que al día siguiente iba a ser en Pamplona la solemne consagración de su catedral. De esta manera tan curiosa es como la iglesia de San Martín, en Beriáin, se adelantaba en un día a la seo pamplonesa, siendo consagrada con total solemnidad y boato, y nada menos que por tres obispos. Esto sucedía el lunes siguiente a la dominica in albis, ocho días después del domingo de Pascua Florida; esto sucedía un 11 de abril del año 1127.
Desde entonces Beriáin celebró el aniversario de esta consagración con una fiesta anual que en euskera se denominó Astelen iru burugorri (El lunes de las tres cabezas encarnadas).
No debemos olvidar que la lengua vasca es la lengua con la que se comunicaban de forma habitual los vecinos. Estaba establecido que los clérigos supiesen predicar en esa lengua. Y de esta localidad parece que era don Juan de Beriáin, abad de Uterga, que en los años 1621 y 1626, respectivamente, escribió dos libros en castellano y en euskera, que eran Tratados de cómo se ha de oir Misa, y Doctrina Christiana.
De Beriáin fue también el famoso General Oraá (Marcelino Oraá y Lecumberri), nacido en 1788, que arengaba a sus tropas en vascuence. De este personaje, que tiene calle dedicada en Beriáin y en Madrid, ya hablaremos en otra ocasión largo y tendido, pues su biografía da como para un extenso e interesante reportaje. Hoy queda reflejado aquí por su condición de vasco parlante, y para evidenciar que en el siglo XIX se dirigía a las tropas en euskera, entendiéndose, por tanto, que todos los soldados, o la mayoría, lo entendían.

Homenaje
Y esta es en cuatro pinceladas la historia de Beriáin. Este sábado que viene, coincidiendo además con el 900 aniversario de su primera referencia documental, las calles de esta localidad se van a vestir de fiesta, y se van a vestir de historia. Los niños del lugar van a convertirse en protagonistas de una recreación de parcelas importantes de la historia de Navarra. Sé muy bien que habrá gente que acuda para ver ese vistoso cortejo de trajes medievales, habrá quien acuda para ver las danzas o para escuchar las músicas, o quien acuda a la iglesia del Santo Cristo del Perdón como quien acude a ver una obra teatral; y sí, es todo eso lo que van a ver, pero hay que saber ver mucho más allá de lo que es el escaparate, hay que saber ver el trasfondo, hay que saber captar que esos niños estarán siendo protagonistas de un acontecimiento que, si bien no tiene la importancia que tenía siglos atrás, sí que nos está invitando a tomar conciencia de aquella importancia que antaño tuvo. Nos va a recordar que Navarra fue un reino, un estado independiente, con sus propios reyes, su propio ejército, su propia moneda, sus propias leyes. Y esa referencia es la que no debemos perder.
Amaya Ordóñez, con la misma solemnidad que se hacía siglos atrás, será coronada reina. "¡Real!, ¡Real!, ¡Real!", es lo que resonará al unísono entre los muros de la iglesia parroquial mientras ella es alzada sobre el pavés a los acordes del Himno de las Cortes de Navarra. No vamos a poder celebrar esta ceremonia en la iglesia de San Martín, por razones obvias de espacio, pero sí que lo haremos en la del Santo Cristo del Perdón, iglesia moderna pero que da continuidad en el nombre a aquella antigua ermita que tuvo Beriáin dedicada a esta advocación.
Ella, Amaya, va a representar en ese momento a la vieja Navarra; ella va a representar a todas y cada una de las generaciones que durante siglos han habitado Beriáin, en cada una de sus casas (Juanpericena, Traxcofilena, Gazolaz, Arozarena, Larrea, Casimiro, Ancorena, etc.); ella va a representar a todos aquellos que en estos últimos cincuenta años, procedentes de las tierras más diversas, han entroncado y han echado sus raíces en este concejo. Es mucho y bueno lo que Amaya y sus acompañantes van a representar este próximo día 9.
Vamos a recordar, con el ejemplo de Beriáin, que Navarra es tierra que acoge con generosidad, que Navarra busca que todos se sientan aceptados e integrados. Y a la vez queremos recordar a todos los que vienen, y con más necesidad que nunca también a los que siempre han tenido sangre navarra, que esta tierra ha tenido una historia que debemos conocer, respetar, y hacer nuestra. Y es, además, una historia de la que nos podemos sentir muy orgullosos. Beriáin nos espera este próximo sábado.